Dolor de cabeza.

El dolor de cabeza, también conocido como cefalea, es una de las razones más comunes para consultar a un médico, y tiene un alto impacto socioeconómico, estimado en 14 billones de dólares al año. Es probable que alrededor del 96% de las personas experimenten dolor de cabeza en algún momento de sus vidas, y se observa una mayor prevalencia en mujeres.

Las cefaleas se clasifican en primarias o secundarias según la causa subyacente. Las primarias, como la migraña, la cefalea tensional o la cefalea en racimo, tienen una causa desconocida. Las secundarias están vinculadas a otras condiciones patológicas que sensibilizan las estructuras del dolor y pueden desencadenar cefaleas. Una de estas cefaleas secundarias es la cefalea cervicogénica, que representa entre el 15% y el 20% de todas las cefaleas crónicas, aunque su prevalencia podría ser subestimada debido a que los criterios de diagnóstico no siempre reflejan la realidad clínica, y a veces, cefaleas primarias como la migraña o la cefalea tensional pueden tener un componente cervical.

La cefalea de origen cervical se basa en la convergencia de las fibras nerviosas de los primeros tres nervios cervicales (C1-C2 y C3) con las del nervio trigémino (V1-V2 y V3), que recoge la sensibilidad de la cara y la cabeza. En la actualidad, se sabe que diversas estructuras anatómicas en la región cervical pueden ser la fuente del dolor de cabeza, como las articulaciones facetarias, los discos intervertebrales, la duramadre, los músculos suboccipitales y la arteria carótida. Por lo tanto, una cefalea de origen cervical puede no cumplir los criterios de la clasificación de cefaleas establecida por la IHS y, en consecuencia, puede ser mal diagnosticada como migraña o cefalea tensional.

Para diferenciar entre los diferentes tipos de cefaleas, dos herramientas esenciales son el bloqueo diagnóstico de las estructuras cervicales o su inervación para aliviar el dolor de cabeza y la fisioterapia.

En el caso de cualquier tipo de dolor de cabeza (excepto aquellos asociados con problemas médicos graves), es posible realizar una evaluación desde la perspectiva de la fisioterapia. Sin embargo, es importante identificar a los pacientes que no pueden ser evaluados directamente mediante fisioterapia debido a ciertos criterios de derivación médica, como el primer episodio de cefalea en pacientes mayores de 65 años, alteraciones del estado mental o papiledema, dolor de cabeza progresivo, cefalea acompañada de comorbilidades graves, signos de enfermedad sistémica, empeoramiento con maniobras de Valsalva o cefalea durante el embarazo o el postparto.

La historia clínica del paciente puede proporcionar datos importantes, como la presencia de dolor en el cuello, el inicio de la cefalea desde el cuello, la aparición de la cefalea con movimientos o posturas del cuello y el dolor unilateral que cambia de lado. Sin embargo, la exploración física es crucial para confirmar y tratar adecuadamente el dolor de cabeza. En algunos casos, se pueden utilizar presiones postero-anteriores mantenidas para identificar a los pacientes con migraña y un componente cervical con una especificidad del 84%.

Durante la exploración física, se pueden establecer medidas de referencia para objetivar los resultados del tratamiento. Se pueden emplear diversas estrategias, como la corrección postural, los deslizamientos apofisarios naturales sostenidos (SNAGs), los movimientos repetidos o los movimientos pasivos accesorios postero-anteriores (PAs), para modificar los síntomas del paciente.

La fisioterapia cuenta con el conocimiento y las herramientas necesarias para evaluar adecuadamente a pacientes con cefalea y, si se identifica un componente cervical relevante, se puede planificar un tratamiento efectivo basado en terapia manual y/o ejercicios terapéuticos aeróbicos o anaeróbicos.

Si sufres de dolor de cabeza, independientemente de su evolución, es recomendable consultar a un fisioterapeuta para que pueda evaluar tu caso desde una perspectiva adicional y ofrecer un enfoque de tratamiento adecuado.